Uno de los espacios con los que contamos en nuestra Granja Escuela es el huerto. Un lugar en el que plantamos y recolectamos nuestros propios alimentos y en el que los niños disfrutan cuando vienen al conocer todos los detalles que esconden las verduras y hortalizas que en él se encuentran.

Con estas temperaturas tan altas, lo que apetece son comidas refrescantes y si hay algo que gusta, y mucho, es el salmorejo o gazpacho. Son dos cremas frías muy saludables. Es difícil quedarse solo con una de ellas, pero hoy os vamos a hablar del gazpacho y cómo podemos hacerlo, de forma muy sencilla, con lo que nuestro huerto nos ofrece.

Qué lleva el gazpacho

  • Tomates
  • Pimiento verde
  • Pepino
  • Cebolla
  • Ajo
  • Aceite de oliva
  • Vinagre de vino blanco
  • Sal fina
  • Pan blanco
  • Agua

Cómo hacerlo

Lo primero que tendremos que hacer es levantarnos para ir al huerto antes de que el sol empiece a apretar fuerte por la mañana. Cuando lleguemos, recogeremos todo lo necesario para elaborar el gazpacho, que esté ya listo para recoger y que podemos encontrar en el huerto. Por ejemplo, los tomates, pepinos, cebolla y el pimiento verde.

Una vez tengamos todos los productos, tendremos que lavar bien todas las hortalizas. Después, empezaremos a pelar los tomates y los introduciremos en la batidora. Dependiendo de las personas que seamos, necesitaremos más o menos cantidad. Nosotros vamos a introducir medio kilo de tomates. Pela también el pepino y trocéalo para añadirlo. Sólo hará falta medio pepino (por la cantidad de tomate que hemos añadido). Introduce medio pimiento verde. La rebana de pan tendremos que haberla mojado bien en agua antes de añadirla. De ajo añade solo un diente y media cebolla. Tritura todo bien durante unos minutos. Cuando lo tengas todo bien triturado, cuela el gazpacho para que quede una textura sin grumos ni trozos.

Después, añadiremos el resto que nos falta. De vinagre, unas cuatro cucharadas y de aceite habrá que añadir bastante, unos 100 ml. La sal añade según tu gusto. Es muy probable que tengamos que rectificar de aceite, sal o vinagre. Lo importante es que el gazpacho quede sabroso y que nos guste (sin llegar a estar demasiado fuerte). Una vez que ya lo tengamos, si queremos que la textura sea más líquida, añade agua.

Cuando ya esté acabado, déjalo enfriar en el frigorífico para servirlo lo más frío posible.

Como veis, es una receta muy fácil de hacer, perfecta para el verano y muy saludable para los niños. ¡Y con productos 100% ecológicos de nuestra huerta! Cuidados por nosotros mismos.

 

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